26 agosto 2011

La UEFA con las cartas sobre la mesa

Parece ser que la UEFA ha perdido la vergüenza y ha mostrado sus cartas abiertamente. Resulta que Michel Platini, presidente de la UEFA, el organizador de la Champions, el hombre que está obligado a velar por la limpieza de la competición, el encargado máximo de proteger la transparencia de los partidos de fútbol en Europa y la objetividad de los árbitros afirma que Leo Messi está más protegido por los colegiados (a los cuales él manda y designa) que Pelé, Cruyff, Maradona o Zidane, y que eso está bien, y aquí nadie dice nada.

Y yo me pregunto lo siguiente: ¿Van a dormir tranquilos el resto de clubes europeos sabiendo que Monsieur Platini reconoce que se protege más a unos jugadores que a otros, que los futbolistas no son todos iguales y que el menos igual de todos es el jugador franquicia del vigente campeón continental y ojito derecho de Platini y de la UEFA?... Y sigo preguntándome: ¿No podrían el resto de clubes europeos que van a participar en la presente edición de la Champions League reclamar daños y perjuicios?... Porque la misma UEFA que organiza la máxima competición continental ahora no tiene rubor en decir abiertamente que existe un trato de privilegio hacia Messi, curiosamente es el mismo organismo que decidió castigar a Mourinho por preguntarse "¿por qué?"... La respuesta a aquella pregunta la tenemos en estas declaraciones de Michel Platini.

Supongo que no pasará mucho tiempo hasta que Platini mate al mensajero, diga que él en realidad nunca quiso decir eso o que hemos malinterpretado sus palabras y deje caer como quien no quiere la cosa el famosísimo "se han sacado de contexto mis declaraciones". Pero Platini no habló de los jugadores con talento en general, no se refirió por ejemplo a Cristiano Ronaldo, Özil, Mario Götze, David Silva o el 'Kun' Agüero, sino que lo hizo de uno en especial. La pregunta que se hizo Mourinho ya tiene respuesta: ya no hace falta que parecezca un accidente.

11 agosto 2011

DE GUANTE BLANCO: Joël Bats

Hoy vamos a recordar a un clásico del fútbol europeo de los 80. Es Joël Bats, portero de la selección francesa que se proclamó campeona de Europa en 1984 y que brilló en el mundial de México'86. Un tipo peculiar, de carácter muy reservado, romántico y muy sensible, además de aficionado a la poesía.

Joël Bats nació el 4 de enero de 1957 en Mont-de-Marsan, capital del departamento de Landes en la región de Aquitaine (Francia). Formado como portero en el Centro de Formación de Montbéliard, comenzó su carrera como profesional en las filas del FC Sochaux-Montbéliard, al que llegó con apenas 17 años. Con los 'Les Lionceaux' empezó siendo suplente ya que la titularidad estaba en manos de Albert Rust, compañero suyo en Montbéliard. Dos años después, en 1976, debutó en su primer partido oficial con 19 años de edad y estuvo en el club hasta 1980 alternando el puesto con Rust.

En 1980, el recien ascendido AJ Auxerre se hizo cargo de su ficha y alli Bats comenzaria a mostar sus verdaderas condiciones como portero, su agilidad y sus reflejos lo hicieron dueño de la meta del Auxerre. En 1982 tras sentirse repentinamente enfermo, y después de multitud de análisis y radiografías, los médicos le diagnosticaron un tumor en uno de los testículos. Fueron los cinco peores meses de su vida, y consciente de que podía morir en cualquier momento, el portero francés encontró en la poesía una forma de reflexionar en torno a su futuro, sobre el que los médicos no eran excesivamente optimistas. Maurice Vrillac, médico de la selección francesa declaró: "Tenía cáncer, y tuvo que soportar una operación muy dura". La operación y la extirpación del tumor permitieron que Bats superase la enfermedad. Además tras su divorcio cayó en una profunda crisis, de la que, según propia confesión, salió reforzado. Fue en esa época cuando se le ocurrió escribir poemas, una selección de los cuales ha recitado en un disco que se tituló 'Soli Solitude'. Con el club de la Borgoña jugó 195 partidos en 5 temporadas (184 de liga, 9 de la Copa de Francia y 2 de la Copa de Europa).

En el verano de 1985 fue traspasado al Paris Saint-Germain FC con quienes ganaria el título de liga en su primera temporada (1985-86) defendiendo la portería del PSG, primer título de liga en las vitrinas del conjunto de la capital francesa. Posteriormente, en la temporada 1988-89, el PSG alcanzaría el subcampeonato de liga por detrás del Olympique de Marseille. En 1992 Bats anunciaba su retirada después de jugar un total de 216 partidos con el PSG, siendo indiscutible como titular en la portería de 'Les Parisiens', y muy querido por la aficion 'Rouge-et-Bleu'.

Si Bats brilló realmente fue sin duda alguna con la selección francesa en la que debutó el 7 de septiembre de 1983 en un amistoso disputado en Copenhague frente a Dinamarca, en el que el equipo galo cayó derrotado por 3 a 1. Ganó la Eurocopa de 1984 que Francia disputaba en casa y en la que vencieron a España por 2-0 en la final. También disputó el Mundial de México'86 y en el que el conjunto galo se presentaba como serio candidato al título. Su mayor momento de gloria lo vivió en los cuartos de final ante Brasil donde le paró un penalti a Zico en el transcurso del partido, y luego pararía otros dos más (uno de ellos a Sócrates) en la tanda de penaltis. Francia terminó en la tercera plaza al caer eliminada en semifinales ante la RFA. Su último partido fue el 18 de noviembre de 1989, en las eliminatorias para el Mundial de Italia'90 en el cual 'Les Bleus' vencieron 2-0 a Chipre.

Tras su retirada de los terrenos de juego se incorporó como entrenador de porteros en el club en el que se había retirado, el PSG. tras dos años en el cargo posteriormente paso a ocupar el de entrenador asistente, donde estuvo como compañero del portugués Artur Jorge, primero y de Luis Fernandez, posteriormente. En la temporada 1997-98 ocupó el cargo de director técnico del PSG, y un año después debutaba como primer entrenador en las filas del LB Châteauroux de la Ligue 2. Tras una temporada en el banquillo de 'La Berri', desde el 2000 y hasta la fecha, es el entrenador de porteros del Olympique Lyonnais, en donde tiene bajo sus órdenes a uno de los mejores porteros de Europa y quizá el mejor de Francia, con permiso de Barthez, desde su época: Hugo Lloris.

03 agosto 2011

Una bandera para unirlos a todos...

Tan solo habían pasado unos minutos desde que España se había proclamado campeona de Europa sub-19 y ya saltó la polémica. Para aquellos que no sepan de qué hablo (algo que me extrañaría y mucho), les resumiré brevemente lo sucedido. Los jugadores acababan de ganar el Europeo y, en medio de la euforia, Juan Muñiz, canterano del Sporting de Gijón, decide anudarse al cuello la bandera de Asturias que, al parecer, le ha entregado un familiar. Minutos después, en cuanto Ginés Meléndez se percata de ello se dirige hacia él como una flecha y se la arrebata sin mediar palabra. De bandera asturiana al cuello, nada.

Y ya tenemos el lío montado. Según ha informado la RFEF, hay una nueva normativa en base a la cual no han de sacarse banderas autonómicas en las celebraciones de las diferentes selecciones nacionales, al menos antes de la entrega de medallas. Y es que Ángel María Villar no quiere que se repita lo sucedido el pasado mes de junio en la celebración de los sub-21 en donde abundaban las banderas territoriales (catalana y vasca sobre todo) en detrimento de los colores nacionales.

En fin, el caso es que el seleccionador actuó como actuó. Así que vayamos al cogollo de todo esto. ¿Qué pinta una bandera que no sea la española en una celebración de la selección nacional? Pues muy poco, o más bien nada. Es doloroso para mí tener que hablar de este tema cuando la bandera de la polémica ha sido la asturiana. ¡Asturias es España y lo demás, territorio conquistado! Se puede decir más alto, pero no más claro. Si hay una bandera española 100% y gentes que se sienten españoles desde sus inicios, ésa es la asturiana y esos son los asturianos. No dudaría ni un segundo en las buenas intenciones de Muñiz, pero no era el momento de llevarla anudada al cuello.

En la selección, uno representa a su país, España. No a su pueblo, ni a su Comunidad Autónoma, ni a su "otro país" como algunos impresentables de la absoluta piensan (me refiero a Cataluña, sí). Cuando uno acude a la llamada de Del Bosque, Luis Milla, Julen Lopetegui, Ginés Meléndez o quien sea, uno va a defender los colores de una bandera que es roja y gualda. Y no va a representar nada más. A título individual, tras acabar el campeonato, uno puede ser el pregonero de las fiestas de su ciudad o su pueblo y portar la bandera que le venga en gana. Pero no en el terreno de juego antes y mientras se está recibiendo la medalla, entonces su única enseña es la española y lo demás sobra.

Y no, que nadie continúe insistiendo con la preguntita de "¿acaso la bandera catalana, vasca o canaria no es española?", sobre lo que ya me he pronunciado más arriba de forma concisa. Antes de nada, he de apuntar lo gracioso que me resulta que aquéllos que aportan este argumento al debate suelen sentirse poco o nada españoles. No deja de ser irónico que alguien cuyo patriotismo es nulo venga a decirme a mí o a cualquiera, qué es y qué no es español. Efectivamente que todas ellas son banderas de regiones españolas, las cuales amamos todos los que nos sentimos de aquí. Por lo que, en el ámbito nacional, cuando se enfrenten la selección autonómica vasca contra la extremeña, el uso de esas banderas es totalmente lógico. Mas está fuera de toda lógica su utilización en un ámbito internacional, con periodistas acreditados de todo el mundo, que a este paso van a acabar desquiciados cada vez que ganemos algo los españoles. Y no es para menos, yo nunca vi a un estadounidense celebrar un título con otra bandera que no fuera la de las barras y las estrellas (y mira que en las selecciones yankees menos de allí son de cualquier lado), o incluso en los tiempos de la extinta y combulsa Yugoslavia, jamás ví a un jugador croata, serbio, esloveno, bosnio o macedonio sacar su propia bandera en detrimento de la enseña nacional yugoslava. ¿Lo viste tú acaso? Pues eso...Y si lo hicieran me resultaría algo extraño que, por otro lado, distraería mi atención de lo realmente importante: la consecución de un título por un país.

De todos modos, poco importa lo que yo escriba, pues la polémica ya está servida. Aunque como todos sabemos, verdadera polémica habría supuesto que la bandera que se hubiera arrebatado fuese la catalana o la vasca. Entonces... otro gallo cantaría. Y es que a nadie le pilla de sorpresa lo que significa la bandera catalana o vasca en el ambito futbolístico, es una reevindicación para poder tener algún día (yo espero que no) su propia selección reconocida internacionalmente.

Este último matiz me lleva a reconocer que lo que en este caso me pareció una torpeza por parte del seleccionador, me habría parecido un total acierto si al que se le hubiese despojado de ésta hubiera sido a Guardiola en sus tiempos, a un tal Piqué alias "españolitos vamos a ganaros vuestra Liga", o a alguno similar. Porque esos saben muy bien lo que hacen y sus intenciones son denunciables e hirientes. Y ya va siendo hora de pararles los pies. Lástima que hayan pagado justos por pecadores y que el pobre Muñiz haya sufrido una pequeña reprimenda en público. Es muy fácil hacérselo a él, todo hay que decirlo. Querría yo ver al seleccionador de turno hacerle lo mismo a Villa o a Xavi y Puyol.